La minería histórica de arenas y arcillas en los alrededores de la ciudad de Segovia
En muchos lugares de la ciudad de Segovia podemos observar
antiguas minas de arenas silíceas y greda, pero ¿cuándo comenzó esta explotación aproximadamente?
Para saber el verdadero origen de estas
explotaciones debemos remontarnos al Calcolítico, cuando es posible que se realizaran pequeñas explotaciones de greda a cielo abierto hoy irreconocibles para sacar
la cantidad de arcilla necesaria para la fabricación de materiales cerámicos
que utilizaban en el día a día. En los alrededores de la ciudad de Segovia se
han reconocido materiales cerámicos de esta época en multitud de yacimientos
arqueológicos, entre los que destacan la Tarascona y el Abrigo de San Lázaro.
Aunque la explotación de greda y arenas silíceas ha
sido de especial importancia durante toda la historia para la fabricación de cristal
y materiales cerámicos, la primera posible referencia que tenemos acerca de una
posible explotación de arenas silíceas en los alrededores de la ciudad es la
llamada “Cueva de Santo Domingo”, lugar en el que Santo Domingo de Guzmán
habitó a finales del año 1218.
Sobre esta “cueva” se construyó en el siglo XV el
famoso monasterio de Santa Cruz la Real.
En el lugar exacto en el que se situaba la cueva se
levantó una capilla con un pequeño retablo Barroco coronado por una
estatua del Santo tras la que hay una puerta que conduce a la denominada cueva.
Retablo tras el que se encuentra la galería
Las características de esta nos llevan a pensar que
se trate de una explotación medieval de arenas silíceas y greda anterior a la
llegada del santo, por su forma de arco de medio punto, actualmente mamposteado
con ladrillos, y su situación geológica en la llamada Formación Utrillas, en la
cual se encuentran las arenas y arcillas explotadas en los alrededores de la
ciudad. En estos sustratos es prácticamente imposible que la karstificación se
lleve a cabo, pues se producirían hundimientos como los que hay unos metros por
encima del convento.
Poco después de la llegada del santo, el rey Alfonso X realiza las
famosas Cantigas de Santa María. En la cantiga número 252 b se incluye una
miniatura de cuatro areneros cavando con palas y azadones en el interior de una
pequeña explotación de arenas en forma de galería y uno sacando en serones la
arena para cargarla en dos mulos que se observan en el exterior de la mina. Este sistema de explotación se mantuvo en esta
zona hasta mediados del siglo XX.
(Menéndez Pidal, 1986)
La primera referencia documental que tenemos sobre esta explotación es un documento conservado en el Archivo Municipal de Segovia en el que el por aquel entonces príncipe Enrique IV, señor de Segovia, a mediados del siglo XV atribuye a los
areneros los desprendimientos y hundimientos del sector de la muralla de la
ciudad que se encuentra a tan solo unos metros de convento citado anteriormente.
Documento de Enrique IV
Durante los posteriores siglos la explotación
continuaría para la fabricación de cristal y vidrio con las arenas silíceas y con
la greda productos cerámicos y desengrasantes en la industria pañera y los
curtidos.
La explotación de arenas silíceas cobraría mayor
importancia en el siglo XVIII para proveer de materiales a la Real Fábrica de
Cristal de La Granja de San Ildefonso, hasta el punto que los areneros y
barreros de la ciudad de Segovia adoptaron como patrón a San Roque, en cuya procesión
el 16 de agosto arrojaban tierra roja delante de la figura del santo.
A mediados del siglo XIX podemos encontrar de nuevo
multitud de reclamaciones a los areneros por hundimientos y desprendimientos de
la muralla en la zona comentada anteriormente, llamada ladera de Santa Lucía.
En el último cuarto del siglo XIX aparecen en
Segovia multitud de fábricas de ladrillos y tejas entre las que destacó
notablemente La Innovadora, propiedad de la familia Carretero. Esta fábrica fue fundada en 1876 por
Anselmo Carretero quien fue su dueño junto con su hermano Martín hasta su
muerte en 1912 cuando fue heredada por su hijo Juan Carretero y sus hermanos.
Esta fábrica se encontraba a las afueras de la ciudad, pasado el llamado Puente
de Hierro. Actualmente de esta fábrica tan solo se conserva su chimenea pues
sobre ella se construyó una urbanización. La fábrica llegó a tener una
producción diaria de 30 toneladas de cerámica y en 1892, 130 operarios.
Postal fechada en 1909 con una ilustración de La Innovadora
Ladrillo de La Innovadora con la inscripción "A. Carrretero. Segovia" refiriéndose a Anselmo Carretero, el entonces dueño de la fábrica
Otra tejería de gran importancia por su producción
fue La Peladera, la cual fue abierta también en esta época y fue utilizada en
la guerra civil como centro de operaciones de una red de espionaje.
Otras tejerías de gran importancia situadas en los
alrededores de la ciudad de Segovia pueden ser La Económica, y en los años 30 La
Moderna o David López Pardo, actualmente DALOPA en Bernuy de Porreros, un
municipio próximo a la ciudad.
Estado de la fábrica La Peladera actualmente
Ladrillo refractario de la ladrillera David López Pardo
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX se
realizaron multitud de rudimentarias galerías con forma de arco de medio punto
para evitar derrumbes que podían llegar a alcanzar los 50 metros. Estas
galerías debían tener la altura suficiente para que cupiese un arenero junto
con un mulo cargado con dos serones, sistema que se mantuvo desde la Edad Media
como hemos comprobado anteriormente hasta principios de los 40, cuando con la
llegada de la maquinaria se realizaron grandes explotaciones a cielo abierto
que cortaron la mayoría de estas galerías quedando expuestas tal y como las
vemos hoy en día.
Galería de extracción de arenas silíceas y greda de finales del siglo XIX y principios del siglo XX situada en las inmediaciones del paraje de El Tejerín (Valle de Tejadilla)
Durante los años 70 y 80 la explotación de arenas
silíceas y greda continuó, aunque ya muy mecanizada y partir de los años 90 todas
las explotaciones del entorno de la ciudad de Segovia se abandonaron por
completo. En parte quedaron engullidas por el crecimiento urbanístico de las
calles del Velódromo, Mahonías, Paseo Nuevo o la Carretera de Villacastín y en
parte por su falta de rentabilidad, trasladándose la producción de arenas y
arcillas a las explotaciones del entorno de Arcones y la Tierra de Pinares.
Explotación actual de arenas feldespáticas de Burgomillodo en la Tierra de Pinares
Sin embargo todos estos restos de antiguas
explotaciones mineras y su arquitectura industrial merecen ser conservados y
protegidos de actos vandálicos para que en un futuro puedan ser recuperados como
memoria de nuestro rico pasado histórico-minero e industrial.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
Menéndez Pidal, G. 1986. La España del siglo XIII; Leída en imágenes. Real Academia de Historia, Madrid, 340 pp.
Redacción: Rodrigo Díez Marcelo
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