La minería histórica de El Espinar presentada en un simposio auspiciado por la UNESCO
Entre los días 21 y 23 de
noviembre de 2019 tendrá lugar, en Madrid, el I Simposio anual de Patrimonio
Natural y Cultural, organizado por el Comité Nacional ICOMOS España,
que se celebrará en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y
Energía, perteneciente a la Universidad Politécnica de Madrid, en la que está
radicada la Cátedra UNESCO de Patrimonio Minero. ICOMOS, Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, es una
organización mundial no gubernamental asociada con la UNESCO. Su misión es
promover la conservación, protección, uso y desarrollo de los monumentos,
conjuntos de edificios y sitios. ICOMOS comprende 9500 miembros individuales en
151 países, 300 miembros institucionales, 106 Comités Nacionales y 28 Comités
Científicos Internacionales.
El Simposio plantea una mirada
amplia sobre el Patrimonio, buscando el encuentro de diversas disciplinas y de
diferentes tipos de profesionales como pueden ser arquitectos, historiadores,
arqueólogos, geógrafos, geólogos, naturalistas,
antropólogos, restauradores, ingenieros, urbanistas, etc.
Para ello, además de las
conferencias plenarias y mesas redondas, el programa recoge casi dos centenares
de comunicaciones y ponencias invitadas sobre el patrimonio cultural y natural,
en torno a temas tan variados como: Análisis y Restauración de Estructuras del
Patrimonio Arquitectónico; Gestión del Patrimonio Arqueológico; Paisajes
Culturales; Itinerarios Culturales; Turismo Cultural; Patrimonio Arquitectónico
de la Tierra; Economía de la Conservación; Energía y Sostenibilidad; Fortificaciones
y Patrimonio Militar; Documentación del Patrimonio; etc. Se puede consultar más
información actualizada en la web: https://www.icomos.es/simposio-anual/.
Entre esos casi
dos centenares de comunicaciones aceptadas por el Comité Científico para su
presentación oral durante el Simposio, hay varias sobre patrimonio segoviano
(muralla pre-romana, patrimonio geológico de la ciudad de Segovia…), y una
sobre el patrimonio histórico-minero de El Espinar. Efectivamente,
la comunicación titulada “Patrimonio
histórico-minero en el Espinar (Segovia): primera aproximación al catálogo de
bienes y elementos”, de la que son autores Rodrigo Díez Marcelo (alumno del
Colegio Claret Segovia) y José Javier García Criado (geólogo-geofísico de CEPSA
E.P., S.A.), con la colaboración de Andrés Díez Herrero (Instituto Geológico y
Minero de España), será presentada el viernes 22 de noviembre, a las 13.00 a
13.15 h, en la Mesa de Comunicaciones 23 (Sala C).
Según recoge
el resumen de la comunicación, aceptado para su publicación en el Libro de
Actas del Simposio, en el trabajo que llevan más de cuatro años desarrollando, se recopilan
todas las labores e instalaciones mineras de especial importancia patrimonial del
término municipal de El Espinar (sector suroccidental de la provincia de
Segovia, Castilla y León) que están en riesgo de desaparecer.
La minería
en el término municipal de El Espinar ha sido de especial importancia desde, al
menos, época romana (como prueban sus dos escoriales, ya desaparecidos); pero
no es hasta mediados del siglo XIX cuando alcanza su mayor apogeo, siendo de
especial importancia las labores de las minas “Reina” (pozo de 30 metros de
profundidad), “San Quintín” (pozo de 12,5 metros de profundidad) y “San Juan de
Dios” (galería en La Garganta del río Moros). En 1859, se pide la concesión de
un molino-lavadero de mineral que aproveche las aguas del río Gudillos para
lavar el mineral de las minas “Reina” y “San Quintín”. Este molino aún existe
en deficiente estado de conservación, en una finca privada a orillas del río
Gudillos; junto con el pozo de la mina “Reina”, un pozo circular de dos metros
y medio de diámetro, recubierto de ladrillo.
Fragmentos de escorias de fundición recogidos en las proximidades de San
Rafael: escoria con cerámica adherida, de la zona del molino y el pozo Reina
(izquierda); y escoria del cortafuegos de las Tejoneras en El Estepar (derecha).
Estado
actual de las ruinas del molino a orillas del río Gudillos, en la localidad de
San Rafael.
En el
primer cuarto del siglo XX, las minas de El Espinar vuelven a cobrar
importancia y se realizan labores de especial interés en las concesiones:
“María” (pozo Ángel colapsado y con entibado y su
respiradero en peligro de derrumbe por el hundimiento de una traviesa), al
noreste de El Estepar; “Luis” (pozo hundido y galería), “Flor del Espinar” (calicatas)
y “La Reina” (“Calicata de la Caseta”) en Cabeza Reina; y “Torio” y “Amable” (zanjones
y calicatas) en La Gasca.
Vista
del estado actual del respiradero del pozo Ángel, situado en el sector
nororiental del cerro del Estepar, y abierto en el primer tercio del siglo XX.
La
siguiente época de explotación minera comienza a principios de los años 40, beneficiándose
tan solo el wolframio y el estaño por la demanda asociada a la II Guerra
Mundial y la Guerra Fría. En este periodo las labores mineras se concentran en cuatro
grupos: Cabeza Reina (mina “El Carmen”), El Estepar (mina “Julita”), las
inmediaciones de la ermita del Cristo del Caloco (zanjas de prospección en
filones estériles) y Cabeza Líjar en su vertiente segoviana (zanjas). Dentro de
las labores de la mina “El Carmen” se conservan dos grandes conjuntos: las
labores y las edificaciones del km 33 de la vía férrea (escombreras arrasadas,
casetas de los mineros, piñón de hierro de un molino-machacadora de mineral con
motor diésel y galería con entibado) y las labores del arroyo de Majada Alta
(galería ampliada de la antigua mina “Luis”).
En la mina
“Julita” y otras de El Estepar se realizaron labores de especial interés, como
una galería de 15 metros de desarrollo y gran cantidad de zanjas; además de
diversas instalaciones mineras como casetas de acopio de mineral y herramientas,
y un lavadero de mineral aprovechando una alberca en un pequeño arroyo.
Tras el
abandono de la actividad minera, durante las décadas de 1970 a 1990, se produce
la destrucción de gran parte del patrimonio histórico-minero debido a la
construcción de infraestructuras (ampliación de carreteras, construcción de las
autopistas AP-6 y AP-61, sus túneles y el trazado de tendidos eléctricos y
gaseoducto), urbanización de áreas colindantes a San Rafael (urbanizaciones de El
Tomillar y la del paraje de Cerrillos Redondos), labores forestales
(aterrazamiento para reforestación, apertura de cortafuegos y nivelación tras
incendios) y otras labores en el monte (cegamiento de pozos para evitar
accidentes de ganado y personas).
En la
última década, figuras de protección como el parque natural de la Sierra de
Guadarrama Norte o la reserva de la biosfera del Real Sitio de San Ildefonso-El
Espinar, deberían ser los canales para conseguir el inventario, protección y
divulgación de este patrimonio histórico-minero.
Redacción: Andrés Díez y Rodrigo Díez
Redacción: Andrés Díez y Rodrigo Díez
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