Las minas del plutón de Navalcubilla (Otero de Herreros)

Debido a la demanda producida en la industria armamentística durante la II Guerra Mundial y la Guerra Fría en los años 40 y 50 se produce la llamada “fiebre del wólfram”. Esto hizo que pequeños yacimientos de este mineral, que en otro momento no serían económicamente rentables, fueran explotados.
Desde el punto de vista geológico, las minas del paraje de Navalcubilla (Otero de Herreros) se encuentran en un plutón granítico tardivarisco de emplazamiento epizonal (plutón de Navalcubilla). Las mineralizaciones hidrotermales W-(Sn-Cu-Zn) se formaron en dos etapas: la primera (hace 291,4 ± 9 millones de años) produjo relleno de cavidades miarolíticas, greisenes de alta temperatura y filones con wolframita y molibdenita; la segunda (hace 267,1 ± 7,4 millones de años) da lugar a la formación de greisenes de baja temperatura, mineralizaciones de calcopirita, pirita, scheelita, arsenopirita, pirrotita, esfalerita, bismutinita, bismuto, etc., y reemplazamientos de la wolframita anterior por Scheelita (CaWO₄). Todas estas alteraciones tuvieron lugar a temperaturas entre 380 y 250°C (Tornos et al., 1993).

La actividad minera conocida en esta zona (sin que pueda descartarse explotaciones más antiguas, dada la proximidad de la minería del Cerro de los Almadenes) comenzó en los años 50 con la solicitud de los permisos de investigación Lecea y Lecea II


Diez años después del abandono de las dos concesiones, en 1968, D. Gregorio Criado solicita un permiso de investigación de wolframio, estaño y otros con el nombre de Mina Lucía (en honor al nombre de su hija). En la descripción geológica de la memoria del permiso de investigación se recoge que el yacimiento “tiene muestras de haber sido explotado con alguna intensidad, aunque á (sic) mayoría son trabajos superficiales”. También informa que se estimaba realizar cinco calicatas (zanjas) de 10 metros de longitud dos metros de anchura y cuatro metros de profundidad.


La mina estuvo en explotación hasta 1971, aproximadamente. Tras ser abandonada fue vendida a dos particulares.

D. Gregorio Criado (a la derecha) en la entrada de la mina en la década de los 70 con varios interesados en la compra de la mina (Foto: colección familia Criado)

En los años 80 fueron abundantes las visitas a estas labores mineras por parte de la ASAM (Asociación Segoviana de Aficionados a la Mineralogía) a la mina, que contaba con tres niveles de galerías. Incluso se publicaron notas en revistas divulgativas (LITOS) y páginas en páginas web de aficionados (http://www.geologiadesegovia.info/ASAM/justoypastor.html). Se accedía a la mina por una galería que conectaba con planta intermedia. La planta inferior se encontraba inundada. En la planta superior se conservaba una vagoneta de color amarillo que perteneció a los posteriores dueños de la mina y que fue expuesta en el año 1998 en una exposición de la Real Fábrica de Cristales de La Granja. En el exterior de la mina se conservaban algunas instalaciones: casetas derruidas, lavaderos, machacadoras, casetas de acopio, etc. En una de las casetas ponía la inscripción pintada “MINA WOLFRAM B Y B”

Galería con bóveda de ladrillo en el nivel intermedio de la mina. (Foto: Pablo Veyrat)

Vagoneta de la mina en la exposición de 1998 en la Real Fábrica de Cristales de la Granja (Foto: Andrés Díez Herrero)
Hacia el año 2002, en las obras de la autopista y del nuevo gaseoducto, la escombrera de la mina fue removilizada para tapar la zanja donde se encontraba su único acceso, condenando la entrada y su estudio para siempre. En el periódico El Adelantado de Segovia se publicó una carta al Director titulada “Requiem por una mina”, denunciando este atentado contra el patrimonio histórico-minero, innecesario y prescindible.

Entrada al primer nivel de la mina (Foto: Pablo Veyrat)

Esperamos que con esta breve entrada del blog, se recupere el recuerdo de uno de los mayores tesoros en cuanto a patrimonio minero que hemos tenido en la provincia de Segovia.

BIBLIOGRAFÍA

Tornos, F., Casquet, C., Caballero, J.M. 1993. La alteración hidrotermal asociada al plutón epizonal de Navalcubilla, Sierra de Guadarrama (Sistema Central Español). Revista Sociedad Geológica de España 6 (1-2), 67-83.

Redacción: Rodrigo Díez Marcelo
Fotos: Pablo Veyrat y Andrés Díez

Comentarios

  1. He visto tus otras entradas acerca de este y otros lugares y te tengo que dar la enhorabuena por tu magnífico trabajo, todo un profesional. Comentarte que en el mismo Otero de Herreros, aparte del Cerro de los Almadenes que imagino que lo conocerás, también existió una fábrica de tejas y ladrillos, cuyos restos se encuentran muy cerca de la Ermita de la Virgen de la Adrada. Estos extraían la arcilla allí mismo. En el pueblo se la conoce como 'La Tejera', el paisaje es muy parecido al de las minas de caolín de Vegas de Matute, con grandes cortados y montoneras. Aún se conservan hornos, chimeneas y engranajes de la fábrica, incluso un coche de aquellos años. Un saludo y sigue así.

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    1. Muchas gracias, es un honor que le guste el modesto trabajo que realizo. Sobre esta tejera no me han informado. Por lo que comenta, parece ser un resto de gran interés patrimonial histórico-industrial e histórico-minero al igual que las minas de caolín de Vegas de Matute.

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